jueves, 9 de abril de 2009

"Domingo de RESURRECCIÓN"



Cuando mis niños eran niños...



Cada Domingo de Pascua, en una canastita colocaba seis huevitos de Pascua. Eran pequeños, el dinero no alcanzaba para un huevo más importante. Ellos eran felices, con poquito.

Los despertaba esa mañana y junto al papá, recorríamos cada cama, los saludábamos con un beso y cada uno elegía su huevito. Eso sí, para evitar "protestas de niños" eran todos igualitos.

Por la tarde y a la hora del té, siempre una rosca con una chocolatada.

Los años pasaron y un día...Silvito internado -cómo tantos otros días-. Cada síndrome febril significaba una internación.

Semana Santa, en ese cuarto piso de la calle Juncal. Recuerdo la habitación como si fuera hoy y ayer intentamos rememorar, con sus hermanos, ese domingo de Resurrección.

Intentamos entre todos evocar e hilvanar ese tiempo, preguntamos al papá de mis hijos...algunos momentos de ese día están ausentes en todos, pero otros no.

Un inmenso Huevo de Pascua que escondimos en el placard de la habitación de Silvito y sin que él se diera cuenta. ¿Cómo lo entramos a la Clínica?, no recuerdo, pero como imaginarán "de contrabando".

Les hago una confesión y por favor, no la comenten. No es mi deseo que tome estado público, tampoco les estoy pidiendo que sean mis cómplices; es simple, guarden reserva de mis sucesivos "delitos".

Fui "especialista" en ingresar gaseosas, helados, facturas, pizzas, empanadas... Puedo escribir una novela.

Escribo y río, me hace feliz saber que mis acciones llevaban alguna gratificación a mi hijo enfermo. Tengo una duda, ¿fue un "delito" o una "contravención"?


Toda la familia en un pequeño cuarto, el pacientito, mi amado hijo, con suero y una, de las tantas, transfusiones de sangre.

Seguramente, pueden llegar a pensar ¡qué extraño, Susana con un estilo diferente!; siempre les dije que escribo tal lo que mi corazón me dice y mi corazón me dice que el dolor existe y existirá, pero que tenemos que aprender a rescatar segundos de alegría porque ellos nos fortalecen para continuar nuestro derrotero.

No sólamente el huevo, también la tradición familiar de la canastita con pequeños huevecillos, algunas gaseosas y sandwiches.

Sí, Silvito estaba enfermo, pero toda su familia a su lado y JUNTOS agradeciendo el misterio y el milagro de la RESURRECCIÓN.

Que el Milagro de la Resurrección y más allá de nuestras creencias religiosas, signifique en cada uno de nosotros el renacimiento a la luz, a la esperanza y aprendiendo, cada día de nuestros días, a convivir en paz y armonía.

Cuando lean y a la distancia, reciban mi abrazo fraterno y mi agradecimiento, siempre presente, a todos y cada uno de ustedes.
Los sentimientos no figuran en ningún mapa, gocen el Domingo de Pascua cerquita de vuestras familias y de vuestros afectos.

4 comentarios:

  1. HOLA SU COMO SIEMPRE TUS PALABRAS LEGAN A LO MAS PROFUNDO DE MI CORAZON. TE MANDO UN BESO ENORME Y FELICES PASCUAS!!
    MONICA

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  2. Bueno visita este sitio www.relacionespositivas.com son unas personas maravillosas y son seropositivos vih sida y además nos enseñan noticias hacerca de este virus, es un buen grupo, es una institución que a un bajo costo, te dan mucha felicidad,
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  3. QUE BUENAS HISTORIAS SUSANA!!!! BESOS.

    GUIDO COLARTE

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  4. conmovedor relato he leido , en estas fechas imagimo un pesar mas profundo , pero desde un lugar seguramente alguien esta orgulloso de su vieja!!
    saludos y felicidades en lo posible !!!

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