Mi nombre es Susana e intento, a través de una tecnología, que por cierto desconozco, poder acercarme a familias y madres que estén viviendo o hayan vivido experiencias similares a las mías.
Sin omnipotencia y con humildad, también es mi deseo, llegar a las familias para que puedan ayudar a sus hijos y ayudarse, para no vivir lo que yo viví.
Me gustaría acompañar estas palabras con algunas fotos, no sé cómo hacerlo; lentamente iré aprendiendo.
Este blogg lleva el nombre de mi hijo; para mí SIEMPRE será Silvito; el pasado 8 de enero hubiera cumplido 40 años; desde el 17 de enero del año 2005, Silvito descansa en paz al lado de Nuestro Señor.
Mi hijo, desde muy pequeño, tuvo un comportamiento "diferente". Pasaba largo tiempo mirando la hojita de un árbol que la brisa agitaba. Miraba el cielo y sus ojitos, color verde, parecían hablarle. ¿Cuál habrá sido ese diálogo? No lo supe en su momento y no lo sabré. Aunque, a veces, creo intuirlo, es una percepción cálida, amigable y amorosa.
No sé si alguien leerá estas palabras, me resulta muy difícil realizar una rápida síntesis de todo lo que deseo podamos compartir.
A los 8 años tuvo su primer psicodiagnóstico, a los 17 su primera internación psiquiátrica y a los 21 me dijo "mamá, puedo estar enfermo de sida".
Hace años, varios, comencé a escribir un libro "Mi hijo tiene SIDA", a decir verdad, no quería terminarlo, seguir escribiendo era como "mi hijo sigue vivo".
Hoy sé que debo cambiarle el nombre.
Si escribo "Mi hijo tuvo SIDA" se puede interpretar, que la enfermedad estuvo, pasó y él sanó. Para el VIH-SIDA no hay cura, no hay vacunas. Sólo exite medicación que permite llevar una mejor calidad de vida, siempre y cuando el tratamiento se haga y la detección haya sido lo más prematura posible. Siempre les digo a mis alumnos la única vacuna es la PREVENCIÓN.
Otra posibilidad "Mi hijo tenía SIDA...".
No tengo por qué tomar esta decisión ahora, tal vez, ni siquiera lo publique.
"Mi hijo vive" en mi corazón, desde mis recuerdos y con todo el amor que sólo una madre puede entender.
"Mi hijo vive" en el corazón de cada uno de sus cinco hermanos, de su padre, de sus dos sobrinos y de su abuela, mi madre.
"Mi hijo vive" desde el recuerdo de todas aquellas personas y que por distintas circunstancias lo conocieron.
"MI HIJO VIVE EN LA VIDA ETERNA"
Sé y soy conciente que hoy he comenzado a transitar un camino que desconozco dónde me lleva y cuándo termina.
"Hijito mío, intercede ante Dios, Nuestro Señor, para que ilumine mis pasos y me dé la fortaleza suficiente para continuar".